Reseña Pumpkin Jack

A inicios de año, nos enteramos de la existencia de Pumpkin Jack, juego distribuido por Headup Games y desarrollado por Nicolas Meyssonier (sí, por una sola persona), y la verdad es que desde entonces le he tratado de seguir la pista.

Se trata de Un juego de acción y aventuras, específicamente de un plataformas en 3D, cuya ambientación es una agradable combinación entre lo “escalofriante” y lo relajadamente divertido. Algo así como lo visto en películas como El Extraño Mundo de Jack.

La premisa

Pumpkin Jack nos lleva al llamado Reino Arcoiris, un lugar donde todo mundo vivía feliz y sin mayores preocupaciones ni mucho menos guerras. A ojos de muchos, una utopía, pero desde la perspectiva del Diablo, un aburrimiento total.

Tratando de hacer que las cosas fueran “más divertidas”, el Diablo echó a andar la Maldición de la Noche Eterna. Mediante este hechizo, el amo del Infierno invocó a decenas de despiadados -y torpes- monstruos que se encargaron de destruir todo.

Buscando revertir la situación, los humanos llamaron a su Campeón, el Gran Hechicero. Un mago con los suficientes niveles de inteligencia y talento como para detener esta maldición. Para hacerlo, solo debía salir de su torre para buscar el poder necesario.

Como quizá adivinarás, el Diablo no se quedó de brazos cruzados. ¿La solución? Llamar a su propio Campeón, Jack el Miserable. El estafador más famoso de todos los tiempos, quien había sido condenado a deambular por el mundo. El Diablo puso el alma de Jack en una calabaza y le hizo una irresistible propuesta: perdonaría sus malas acciones, a cambio de encontrar -y destruir al Hechicero que quiere arruinar la diversión.

¡A cumplir con nuestra misión!

Dejando atrás su no tan convencional trama, y como ya adelantamos, en cuanto a jugabilidad se refiere describiría a Pumpkin Jack como un plataformero en 3D “clásico”

Nuestro personaje, Jack, puede saltar (y doble), atacar con diferentes objetos que vamos recolectando como una pala o una pistola, así como ordenarle a su compañero, un cuervo, que ataque a los enemigos realizando una embestida.

Centrándonos en la parte del combate, no esperes nada de profundidad. Bastará con dar de botonazos para acabar con quien se nos ponga enfrente. Eso sí, para los jefes finales habremos de analizar su modo de atacar para saber cómo y en qué momento nosotros hacer lo propio.

El juego se desarrolla a lo largo de 6 capítulos, siendo cada uno de ellos esencialmente un nivel cuyo progreso es lineal en gran parte. En ocasiones deberemos explorar un poco, pero nada que pueda calificarse como algo demasiado denso.

Durante puntos estratégicos nos toparemos con un búho, quien nos pondrá contexto de la situación que se viva en el momento. Así mismo, hallaremos calderos cuyo contenido podremos beber para reponer nuestra barra de vida, cosa que por cierto también va sucediendo mientras derrotamos a los enemigos.

Un primer elemento a resaltar es el diseño de los niveles. Aunque como comenté, son en su mayoría lineales, eso no significa que sean repetitivos. De hecho, la única, y hasta cierto punto, “lógica” constante, es la aparición de pequeños grupos de enemigos y los jefes finales de cada capítulo. De ahí en fuera, tenemos una variedad de tareas por hacer bastante interesante.

Lo mismo estaremos un rato buscando algún objeto en particular, resolviendo un puzzle (a veces usando solo, literalmente, la cabeza), o simplemente tratando de no morir a bordo de un carrito de minería, viviendo “tranquilos” paseos en canoa, o incluso montando a caballo, esto por dar algunos ejemplos.

Hablando de la dificultad, el juego solamente ofrece una y he de decir que es bastante “normal”, incluso acercándose para algunos en lo “fácil”. Pero la experiencia de Pumpkin Jack no se basa en su dificultad, sino en el universo construido para el juego, y en eso, el desarrollador tiene palomita.

Desde el menú principal, pasando por las narraciones que tenemos al principio y al final de cada nivel, el diseño de personajes y niveles, la paleta de colores y la música, todo embona perfectamente para crear una grata experiencia.

En cuanto a la duración se refiere, nos encontramos con 5 horas de juego, en su mayoría sólidas. Si eres de los que busca completar un juego en su 100%, tienes la opción de buscar las 20 calaveras de cuervo en cada nivel, mismas que podrás usar para comprar distintos outfits para Jack. Otro elemento escondido es el gramófono, uno por cada nivel, el cual al encontrarlo hará que nuestro protagonista baile de felicidad.

Hablando de pasarla bien, Jack no solo es un buen bailarín, sino que también tiene un sentido del humor bastante particular, el cual deja ver en todo momento. Es sarcástico, y sin pelos en la lengua. Diría que es todo un antihéroe, pero sería una afirmación errónea de mi parte, pues recordemos que en este juego estamos del lado del mismísimo Diablo, así que en definitiva somos los malos.

En donde juego sufre un poco, es al momento de analizarlo en temas técnicos. Para comenzar, una constante son las caídas de framerate. Si bien, nunca lo vuelven en una experiencia injugable, sí son bastante fáciles de notar sin necesidad de buscarlas con lupa.

Lo que sí puedo decir que me frustró del juego fueron sus tiempos de carga. Entre muerte y muerte, nos enfrentamos a 15 segundos de espera, lo cual en un juego que, al menos en el papel, luce como uno no tan demandante en cuanto a consumo de recursos me parece inaceptable. Aquí resalto el hecho de que no se trate un juego difícil, porque si lo fuera, probablemente habría optado por no terminarlo con tal de evitarme 15 segundos de tiempo muerto una y otra vez.

Veredicto

Pumpkin Jack es un juego bastante entretenido y divertido. Las 5 horas que mencioné podrán sonar a poco para unos, pero la realidad es que dura lo que tiene que durar, no más, no menos. Se ve, se juega y se oye. Si quieres pasarla un buen rato con un plataformero en 3D, y puedes perdonar sus deficiencias técnicas, perdonando una es un juego para ti,